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Un almuerzo saludable no solo mejora el bienestar de los empleados, sino que también incrementa la productividad en el trabajo. Incorporar alimentos frescos y nutritivos en la jornada laboral ayuda a mantener altos niveles de energía y concentración. Asimismo, una alimentación equilibrada reduce el riesgo de enfermedades y promueve un ambiente laboral más positivo.